El logopeda es el profesional que, según la Ley de ordenación de las profesiones sanitarias, desarrolla la actividad de la prevención, la evaluación, el diagnóstico y la recuperación de los trastornos de la audición, la fonación y el lenguaje.
Del mismo modo, la Orden CIN/726/2009, de 18 de marzo, BOE, que regula los requisitos de los títulos universitarios oficiales que habilitan para la profesión de Logopeda, nos dice que el logopeda tiene que conocer y ser capaz de integrar los cimientos biológicos (anatomía y fisiología), psicológicos (procesos y desarrollo evolutivo), lingüísticos y pedagógicos de la intervención logopédica en la comunicación, el lenguaje, el habla, la audición, la voz y las funciones orales no verbales. También hay que conocer la clasificación, la terminología y la descripción de los trastornos de la comunicación, el lenguaje, el habla, la audición, la voz y las funciones orales no verbales.
Por otro lado, el logopeda tiene que conocer y valorar críticamente las técnicas y los instrumentos de evaluación y diagnóstico a Logopedia, así como los procedimientos de la intervención logopédica. Además, tiene que conocer los cimientos del proceso de evaluación y diagnóstico, conocer y aplicar los modelos, las técnicas y los instrumentos de evaluación para poder realizar la evaluación de las alteraciones del lenguaje en los trastornos específicos del desarrollo del lenguaje: trastorno específico del lenguaje, retrasos del lenguaje, trastornos fonéticos y fonológicos; los trastornos de la comunicación y el lenguaje asociados a déficits auditivos y visuales, el déficit de atención, la deficiencia mental, el trastorno generalizado del desarrollo, los trastornos del espectro autista, la parálisis cerebral infantil y las plurideficiencias; los trastornos específicos del lenguaje escrito; las discalculies; las alteraciones en el desarrollo del lenguaje por deprivación social y las asociadas a contextos multiculturales y plurilingüismo; los trastornos de la fluidez del habla; las afasias y los trastornos asociados; las disartrias; las disfonías; las diglosias; las alteraciones del lenguaje al envejecimiento y los trastornos degenerativos; las alteraciones del lenguaje y la comunicación en enfermedades mentales; el mutismo y las inhibiciones del lenguaje; las alteraciones de las funciones orales no verbales: deglución atípica, disfagia y alteraciones tubàriques. Finalmente, esta orden dice que el logopeda tiene entre sus competencias, en el apartado 3, saber utilizar las técnicas e instrumentos de exploración propios de la profesión y registrar, sintetizar e interpretar los datos aportados, integrándolas en el conjunto de la información.
El libro blanco del título de grado en logopedia editado por ANECA el junio de 2004 y que sirvió como base para la elaboración de la anterior orden CIN/726/2009 del 18 de marzo, BOE, cita que, “a manera de ilustración, se entiende que son instrumentos de exploración por los cuales el logopeda tiene que estar capacitado: tests de tipo psicolingüístico o lingüístico, audiometrías, radiofluoroscòpia, laringoestroboscòpia, electromiografía, potenciales evocados, rinoscopia, otoscòpia, laringoscopia…”
Así mismo, el Consejo de Colegios de Logopedas de España cita a su documento de perfil profesional, capítulo 6 que el logopeda tiene que saber “utilizar la instrumentación (por ejemplo, videofluoroscòpia, electromiografía, nasendoscopy, estroboscòpia, endoscopia, nasometry, la tecnología informática) para observar, recoger datos y parámetros de medida de la comunicación y deglución y otras funciones aerodigestives superiores”.
Teniendo en cuenta todo esto, y que la formación en este ámbito de los profesionales logopedas se ha llevado habitualmente de forma teórica, pero no práctica, queda totalmente justificada la necesidad de una formación práctica específica en la evaluación instrumental y el diagnóstico en ámbito logopédico de las Alteraciones Bucofonatorias para desarrollar las competencias profesionales que el logopeda tiene que adquirir en la búsqueda de una atención al paciente que sea eficiente y de calidad.
Objetivos específicos del curso
- Aprender mediante ejercicios prácticos el uso de los instrumentos de evaluación y diagnóstico de las vías aéreas y del aparato bucofonador al ámbito logopédico: Espejo de Claro y Ziegler, depresor lingual, especula nasal, espejo laríngeo, rinoscopia, espirómetro...
- Aportar herramientas, técnicas y recursos para el examen, la evaluación y el diagnóstico del aparato bucofonador: cuello, cara, nariz, labios, dientes, lengua, amígdalas, cuerdas vocales, etc.
- Adquisición y desarrollo de las competencias del logopeda en el ámbito de la evaluación instrumental y el diagnóstico funcional del aparato bucofonador y de las alteraciones bucofonatorias (voz, disfonía, alteraciones respiratorias, diglosia, etc.).
- Asimilar los conocimientos, las herramientas, las técnicas y los recursos para aplicarlos en la evaluación instrumental y el diagnóstico funcional del aparato bucofonador y sus alteraciones en el ámbito logopédico.
- Desarrollo de las habilidades para llevar a cabo el examen instrumental y funcional de las vías aéreas y del aparato bucofonador que permita una intervención logopédica de calidad.
- Conocer los procesos anatómicos y fisiológicos de la fonación, la respiración, el habla, la audición, la deglución, ...
- Conocer las pautas de higiene aplicadas al logopeda y al paciente, así como la desinfección y esterilización de los instrumentos de evaluación.
- Conocer el que nunca se tiene que hacer y saber cuando hay que derivar el paciente (otorrino, odontólogo, estomatólogo, ...).
Curso coorganizado por