El ballet es una forma concreta de danza en la cual los movimientos se basan en el control total o absoluto del cuerpo. Se tiene que aprender desde joven y requiere concentración, capacidad de esfuerzo y una buena condición física. En el camino que recorre un bailarín o bailarina durante su aprendizaje se encuentra con distintos retos que superar (físicos, psicológicos, culturales...). En el ballet, las extremidades inferiores, especialmente el pie, tienen un elevado protagonismo. Es por ese motivo que a menudo su práctica provoca lesiones.
Lesiones más habituales en la práctica del ballet
La frecuencia con la que se producen lesiones en los pies y los tobillos es muy alta, especialmente en la primera articulación metarso-falángica y en el tobillo. También pueden lesionarse de forma bastante frecuente el tendón de Aquiles y la musculatura peroneal. El resto de la extremidad inferior puede sufrir lesiones, pero son menos habituales que en los pies.
En este artículo nos centraremos en las lesiones de la articulación metatarso-falángica del primer dedo, ya que es la que más habitualmente sufren los practicantes de danza clásica.
¿Cómo y por qué se producen lesiones de la primera metatarso-falángica en el ballet?
El origen de la lesión de la articulación del primer dedo del pie (Hallux o dedo gordo del pie) también se conoce como "Dedo de gramilla". Esta lesión puede aparecer como consecuencia de un traumatismo, provocado por las condiciones anatómicas o bien por una falta de dominio de la técnica: (
- El origen traumático de esta lesión se puede producir por circunstancias o factores ajenos al bailarín o bailarina que favorezcan o aumenten las posibilidades de lesión, como por ejemplo el suelo sobre el cual se practica la actividad, el calzado de un número demasiado ajustado o el traumatismo directo de la articulación con una superficie dura.
- Una parte de los bailarines y bailarinas no presentan de forma natural las condiciones anatómicas necesarias para bailar (como por ejemplo, falta de flexibilidad) y, por lo tanto, pueden existir limitaciones físicas y restricciones que impiden el desarrollo de una técnica perfecta. Puede darse el caso de pretender alcanzar unos objetivos demasiado precozmente, sin preparar correctamente el cuerpo y de manera específica el pie.
- En la ejecución de los gestos propios de esta actividad, cuando se empuja excesivamente con el dedo gordo, se soporta mucha carga con la posición de punta o se fuerza mucho la dorsiflexión del dedo gordo, esta articulación sufre. Por lo tanto, se puede decir que no aplicar la técnica de la forma correcta es también causa de lesión. Es habitual encontrarse con bailarines y bailarinas que descuidan su posición durante la clase. Una postura pronada de los pies o un exceso de tensión en el tendón de Aquiles también favorecerán la aparición de esta lesión.
- Otros factores que pueden favorecer la aparición de esta lesión son la temperatura ambiente donde se practica la actividad, la repetición de un movimiento muy concreto de manera continua o la fatiga.
¿Cómo prevenir las lesiones en el pie en el ballet?
El bailarín o bailarina de una compañía que se lesione está obligado a parar y a ceder su lugar a otro. Por ese motivo, cada vez se preocupan más por aprender como cuidar su cuerpo para prevenir lesiones. También hay bailarines y bailarinas que aguantan el dolor para no perder su papel en la compañía de danza.
La prevención de esta lesión irá enfocada a intentar minimizar las causas que la desencadenan. Se tiene que tener en cuenta que es una actividad muy técnica, que requiere una buena preparación física, y que la acumulación de horas de entrenamiento contribuirá a la aparición de esta patología. Así pues, el plan de prevención se basará sobre todo en:
- Medidas higiénicas. Se tiene que asegurar que el suelo en el cual se practica danza sea el adecuado y que la temperatura de la sala también lo sea. En relación con el zapato de punta, dominarla, utilizar protección (medias, vendajes...) u que el número sea el correcto.
- Preparación física: Antes de hacer puntas es necesario asegurarse que la musculatura esté bien preparada, y posteriormente, continuar con la tonificación para garantizar una buena práctica. También es muy importante hacer estiramientos y calentamiento adecuados, y sobre todo no forzar nunca el entrenamiento más allá de nuestras posibilidades.
Plan de tratamiento
El tratamiento estará condicionado por el factor desencadenante de la lesión y está orientado a conseguir una rápida recuperación. Desafortunadamente, la gran mayoría de los bailarines y bailarinas son atendidos por los servicios sanitarios y no por especialistas en medicina deportiva, hecho que constituye un grave error de cara a la recuperación.
Tratamiento conservador
- Protección de la zona con vendajes que permitan la función hasta donde sea posible.
- Mantener la actividad en la medida de lo posible para mantener el resto de estructuras (musculatura y articulaciones) activas
- Es conveniente evitar utilizar los antiinflamatorios y la aplicación de hielo para favorecer que los procesos de recuperación sigan su curso.
- Compresión de la zona para controlar el edema
- Mantener el pie en elevación cuando se está en reposo también con el objetivo de controlar el edema
- Después de las primeras 48 a 72 horas de la lesión se comenzará el trabajo de drenaje manual y se cambiará el vendaje compresivo por un vendaje funcional con la finalidad de limitar la articulación exclusivamente en la dirección en la cual se produjo la lesión. Una semana más tarde, en función de la inflamación y el dolor, se podrá empezar el trabajo propioceptivo dejando para la fase final el trabajo muscular y la reeducación específica para la danza.
- Fuera de la actividad se podría actuar a nivel ortopodológico con la aplicación de soportes plantares, ortesis digitales, espumas de protección o "correctores" nocturnos de alineación digital. Las ortesis digitales se podrían llegar a utilizar en el calzado de ballet mientras de lleva a cabo la práctica de la actividad, pero en muy pocos casos estos elementos externos son bien tolerados.
Tratamiento quirúrgico
Dependiendo del grado de desviación que presente el dedo y el dolor se podría optar por realizar una actuación quirúrgica. Se trata de una intervención que comporta invalidación temporal, motivo por el cual la intervención se tendría que ajustar a la programación y el calendario que tenga previsto el bailarín o bailarina.
Cristina Freijo, Lorena Mota y Gemma Torrents, graduadas en Podología en la Facultad de Ciencias Sociales de Manresa de la UVic-UCC
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