Los y las logopedas tendrían que estar presentes en centros y residencias para personas mayores según establecen la legislación y los documentos que rigen los ámbitos de actuación de estos profesionales (Consejo General de Colegios de Logopedas, 2021). Es importante aumentar la consciencia profesional de los efectos del envejecimiento normal y patológico en la comunicación y la deglución y conocer como la intervención en estos procesos por parte de logopedas puede mejorar la calidad de vida de los mayores que viven en residencias.
La logopedia, que trata tanto la esfera comunicativa del ser humano como otras funciones no verbales, como la deglución, no se restringe a ninguna edad. Los y las logopedas trabajamos con personas desde que nacen hasta las últimas etapas de la vida. Entre las funciones que desarrollamos es necesario destacar nuestro ejercicio en el campo de la deglución y de la comunicación, no centrándonos solamente en aquello físico o estructural, sinó también teniendo en cuenta el entorno, ya que tanto la comunicación como la deglución son actos sociales. Entre las dificultades comunicativas que podemos abordar en el ámbito de la geriatría encontramos aquellas que tienen que ver con alteraciones del habla, de la voz y del lenguaje; y, entre los problemas deglutorios, aquellos que pueden hacer peligrar la seguridad y la eficacia de la deglución.
La logopedia ayuda a prevenir, estimular y retardar los problemas comunicativos en el ámbito geriátrico
A medida que envejecemos, se producen cambios importantes tanto a nivel biológico como psicológico que interfieren en los factores sociales y comunicativos. Tal como apunta Valles (2011), la comunicación interpersonal de las personas mayores está marcada por procesos socioculturales (cambios en la rutina de vida) y físico-orgánicos (cambios sensoriales, cognoscitivos y motores). Estos procesos y cambios dificultan la comunicación, tanto la expresión como la comprensión.
Tanto si se trata de personas sanas (con características neurolingüísticas y cognitivas que se justifiquen como cambios fisiológicos propios de la edad), como de personas con Deterioramento Cognitivo Leve (DCL, que presentan un declive cognitivo que no afecta de manera significativa el funcionamiento global de la persona) o de personas con demencia (con un declive cognitivo que afecta de manera intensa el funcionamiento global de la persona), son candidatas a formar parte de programas de carácter logopédico. En las primeras, personas mayores sanas, la intervención logopédica constituye un elemento preventivo de posibles futuros problemas en el lenguaje y la comunicación. En las segundas, personas con DCL, servirá de estimulación y elemento rehabilitador para preservar el lenguaje y la comunicación. Y en las terceras, personas con demencia, será un elemento fundamental en el intento de retrasar la evolución negativa del lenguaje y la comunicación. Así pues, para los tres grupos mencionados, el objetivo de la intervención logopédica se basa en la optimización del lenguaje y la comunicación y, con ello, de la calidad de vida y el funcionamiento global, ya que estos dos componentes son imprescindibles en la vida cotidiana de cualquier persona (González Martín et al., 2019).
Otras patologías que alteran la comunicación de las personas mayores
También es necesario recordar que hay patologías prevalentes en las personas mayores, es decir, condiciones de salud que se presentan con más frecuencia en esta población y que en muchos casos, la presencia de diversas enfermedades (comorbilidad o multimorbilidad) es habitual. Por ejemplo, algunas enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson, déficits sensoriales como cataratas o hipoacusia, fenómenos relacionados con la hipertensión arterial como ictus, entre otras. A menudo son cuadros crónicos y evolutivos que también limitan o dificultan la comunicación de las personas mayores que viven en residencias: ocasionan problemas del lenguaje que pueden afectar, por ejemplo, el hecho de encontrar las palabras adecuadas para construir frases o comprender información, problemas de voz y/o en la articulación del habla que pueden dificultar su inteligibilidad, etc. En cualquier caso, el/la logopeda es el profesional de la salud que se dedica a la prevención, detección, evaluación, diagnóstico y tratamiento de las áreas de la comunicación humana y de las funciones orales no verbales, juntamente con otros profesionales.
Intervención logopédica en disfagia
Muchas de las condiciones clínicas comentadas anteriormente también interfieren negativamente sobre la capacidad de deglución de las personas mayores, ocasionando disfagia. Los trastornos de deglución se encuentran presentes en gran medida en residencias de personas mayores debido a distintas enfermedades degenerativas o por el deterioro fisiológico que causa el envejecimiento. A causa de la heterogeneidad de las manifestaciones de estas enfermedades, el abordaje de las mismas tiene que ser multidisciplinar. De hecho, en el 2016, la European Society for Swallowing Disorders (ESSD) y la European Union Geriatric Medicine Society (EUGMS) publicaron un documento de consenso en el cual reconocen la disfagia orofaríngea como un síndrome geriátrico (Baijens et al., 2016). Eso es debido a que es altamente prevalente entre las personas mayores, está causada por múltiples factores, se asocia a distintas comorbilidades y mal pronóstico y necesita un enfoque multidimensional para ser tratada. En este mismo documento, se pone énfasis en dar más importancia y atención a la disfagia y en la necesidad de incluirla en todos los protocolos de cribaje estándar, tratarla y controlarla periódicamente para prevenir sus principales complicaciones. Y que para realizar un correcto diagnóstico, manejo y tratamiento de la disfagia orofaríngea es necesario trabajar con un equipo multidisciplinario que sea capaz de cubrir el amplio espectro de factores a intervenir (geriatras, radiólogos, otorrinolaringólogos, digestólogos, logopedas, nutricionistas, odontólogos, enfermeros, entre otros).
La deglución es un proceso complejo y sus alteraciones, tal como ya se ha dicho, son muy frecuentes en personas de edad avanzada. A menudo, la disfagia contribuye a reducir significativamente la calidad de vida tanto de las personas mayores (produciendo molestias para comer o beber, mayor riesgo de neumonía y deshidratación y pérdida de peso y debilidad) como la de sus cuidadores. Los equipos interprofesionales y la participación de las familias y los cuidadores en el manejo de la disfagia son necesarios para conseguir una atención óptima de estas personas. La educación y la formación de los cuidadores, por parte de los logopedas y otros profesionales, también es fundamental para el correcto manejo de la disfagia. La implicación temprana de un/a logopeda es fundamental para garantizar una evaluación exhaustiva y un seguimiento adecuado de la persona mayor con disfagia, especialmente de aquellos que requieren una intervención proactiva para potenciar la recuperación (por ejemplo, si han sufrido un ictus) o para mantener la función degutoria el máximo tiempo posible en la progresión de la enfermedad (por ejemplo, si presentan demencia). Además, la presencia de logopedas en las residencias de personas mayores puede contribuir a mantener o mejorar su calidad de vida; por ejemplo se ha demostrado que las dificultades de deglución comienzan de forma precoz en la demencia tipo Alzheimer y intervenciones directas para fortalecer y mejorar la función deglutoria en la demencia en fase inicial, en un momento en que la persona es capaz cognitivamente de participar en estas terapias y antes que tengan un impacto negativo en la deglución, tienen mucha validez y actualmente se están investigando j(Christmas i Rogus-Pulia, 2019).
En definitiva, la presencia de logopedas en las residencias de personas mayores contribuye al hecho de evitar o hacer menos notoria la desconexión de estas personas con el entorno a causa de los problemas en la comunicación, así como también que su deglución sea más segura y eficaz, para impedir que la situación de salud de la persona se agudice, minimizando al mismo tiempo el riesgo de aspiración, neumonía y/o la muerte.
Cristina Fernández-Getino Sallés, logopeda de la Clínica Universitària y docente del grado en Logopedia de UManresa
Referencias:
- Baijens, L. W., Clavé, P., Cras, P., Ekberg, O., Forster, A., Kolb, G. F., Leners, J. C., Masiero, S., Mateos-Nozal, J., Ortega, O., Smithard, D. G., Speyer, R., & Walshe, M. (2016). European Society for Swallowing Disorders - European Union Geriatric Medicine Society white paper: oropharyngeal dysphagia as a geriatric syndrome. Clinical interventions in aging, 11, 1403–1428. https://doi.org/10.2147/CIA.S107750
- Christmas, C., & Rogus-Pulia, N. (2019). Swallowing Disorders in the Older Population. Journal of the American Geriatrics Society, 67(12), 2643–2649. https://doi.org/10.1111/jgs.16137
- Consejo General de Colegios de Logopedas. Legislación (2021). Disponible a: https://www.consejologopedas.com/legislacion.html
- González Martín, E., Mendizábal de la Cruz, N., Jimeno Bulnes, N. & Sánchez Gil, C. (2019). Manifestaciones lingüísticas en personas mayores: el papel de la intervención logopédica en el envejecimiento sano y patológico. Revista de Investigación en Logopedia, 9(1), 29-50. https://doi.org/10.5209/rlog.60770
- Valles, B. (2011) Representaciones y creencias en torno a la evaluación lingüística del adulto mayor con trastorno cognitivo leve. Revista de investigación en logopedia 1(1), 12-34. Disponible a: http://hdl.handle.net/10578/2945
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