La salud es un pilar básico en el desarrollo humano tanto a nivel individual como colectivo y es en los países en vías de desarrollo donde esto se hace aún más evidente. Para poder fortalecer este pilar y responder a las necesidades de salud en estos países es necesario comprender cuáles son las principales problemáticas de salud a las que la población debe hacer frente y conocer diferentes estrategias para responder a ellas, especialmente en aquellas circunstancias más críticas como son las catástrofes naturales, las epidemias y los desplazamientos masivos de población. En esta entrada hablamos de cómo puede contribuir la enfermería a garantizar la salud de las personas en estos países a través de la cooperación internacional y cómo trabajamos esta cuestión con el estudiantado del Grado en Enfermería de UManresa.
En estos momentos, nos enfrentamos a una nueva situación, la del cambio climático, que ha aumentado sensiblemente la vulnerabilidad de las personas frente al impacto de los fenómenos meteorológicos extremos, por lo que las personas más vulnerables se ven expuestas a huracanes, lluvias torrenciales o sequías que inciden en la salud, la seguridad alimentaria y la situación nutricional. La situación de sequía extrema, prolongada en la región del cuerno de África (que incluye Etiopía, Kenia y Somalia) es un claro ejemplo de ello, con más de 36 millones de personas sufriendo inseguridad alimentaria y aproximadamente 1,5 millones de niños en riesgo de sufrir desnutrición aguda severa.
¿Cuál es el papel de la enfermería en cooperación internacional?
El papel de la enfermería en la Cooperación Internacional, y más concretamente en la Acción Humanitaria, se centra en contribuir a asegurar una asistencia sanitaria de calidad. Esto se concreta en la participación en la actividad clínica y los cuidados de enfermería, así como en actividades de supervisión y de gestión.
En ocasiones, algunas enfermeras piensan que la actividad profesional que pueden llevar a cabo colaborando con ONGs en países del sur serán similares a las actividades que realizan en su día a día profesional en nuestro país, con la diferencia de que probablemente tengan que trabajar más horas y abordando algunos problemas de salud distintos, pero la realidad es muy diferente, ya que la función de enfermería en proyectos de cooperación internacional y especialmente en acción humanitaria tiene un componente asistencial y un componente de gestión.
La actividad asistencial suele centrarse en el trabajo conjunto con personal de enfermería del centro sanitario al que se apoya (ya sea atención primaria, hospitalaria o un centro nutricional), acompañando y supervisando los cuidados de enfermería y, en en ocasiones y según las características y recursos del sistema de salud local, realizando tareas no tan habituales en enfermería, como el diagnóstico de patologías y la pauta de tratamientos.
La actividad de gestión y supervisión supone el gran grosor de actividad de la jornada y presenta una gran variedad de tareas que incluyen, entre otras, la supervisión de actividades y cuidados de enfermería, la planificación de los recursos humanos y materiales del servicio o centro al que se apoya, la interlocución con las autoridades sanitarias locales, la coordinación con otros profesionales de salud y responsables del centro, la supervisión y formación del personal local, la gestión de recursos humanos, la planificación de actividades, la recogida y análisis de datos, la elaboración de informes y protocolos, la definición de programas de sensibilización y la coordinación con el resto de miembros del equipo.
A menudo, las enfermeras interesadas en trabajar en este ámbito preguntan si es necesario ser una “super-enfermera” para hacer todo esto y la respuesta es que no. El trabajo a realizar tiene semejanzas con las tareas que lleva a cabo una supervisora de enfermería en nuestro país, y ésta es una actividad que cualquier enfermera puede llevar a cabo si tiene las competencias y habilidades necesarias.
Requisitos para trabajar como enfermera en cooperación internacional
Los requisitos para poder trabajar con una ONG pueden variar en función de la institución con la que se desea trabajar o ejercer el voluntariado. Disponer de la diplomatura o grado en enfermería y un mínimo de 2 años de experiencia profesional es indispensable. A partir de aquí, los siguientes elementos serán factores complementarios que contribuyen a tener un perfil más completo y por tanto más “atractivo” para las ONGs y, más importante, con mayor potencial de impacto positivo en las comunidades con las que trabajaremos .
- Experiencia demostrable en alguna de las siguientes áreas: Salud pública, Obstetricia, Pediatría, Nutrición, Urgencias, Enfermedades tropicales, Enfermedades infecciosas, Salud mental, Cirugía, gestión de Farmacia
- Alto nivel de conocimiento de inglés y/o francés
- Disponibilidad de un tiempo mínimo de 3 meses (si es posible, de 6 meses o un año). Este requisito dependerá de la entidad con la que se trabaje.
- Conocimientos informáticos a nivel de usuario.
- Experiencia en supervisión de personal y/o gestión hospitalaria.
- Experiencia en el terreno con otras ONG.
- Dominio del árabe, español y/o portugués.
- Experiencia en supervisión, gestión y formación de personas.
- Gran capacidad organizativa y adaptación a otro contexto y cultura.
- Ser dinámico/a y flexible.
- Capacidad de adaptación a contextos cambiantes y capacidad de trabajo en equipo
Ejercer la profesión de enfermería en países del sur en el marco de la cooperación internacional y la acción humanitaria es una actividad excitante y muy enriquecedora tanto en el plano personal como profesional. Y queremos destacar el elemento profesional, ya que a menudo se puede ver una actividad de este tipo como un elemento de enriquecimiento personal y esto, de algún modo, obvia a las personas con y para quienes vamos a trabajar. Ellas merecen todo nuestro respeto y tienen derecho a una atención de calidad y es por eso que alentamos a todas las enfermeras a formarse adecuadamente antes de llevar a cabo cualquier experiencia en los países del sur.
¿Por qué formar a los futuros profesionales de la enfermería en cooperación internacional?
Es en este contexto que el Grado en Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa ha impulsado la creación de la asignatura optativa de Nutrición y Cooperación en situaciones de emergencias nutricionales. Esta asignatura propone una introducción al mundo de la Cooperación Internacional y más concretamente a la Acción Humanitaria para conocer diferentes estrategias para responder a las diferentes problemáticas de salud en el ámbito humanitario, con especial énfasis en la desnutrición aguda.
En un mundo global resulta esencial que los profesionales de la salud, y entre ellos los de la enfermería, conozcan los elementos que determinan la Salud Global, así como el abordaje de las diferentes problemáticas que forman parte y que van más allá de los problemas de salud más habituales en nuestro país. En este sentido, una enfermera conocedora de los problemas de salud globales estará más preparada para abordar estos problemas. Esta formación les será útil para su labor asistencial en nuestro país, a través de los servicios de información al viajero y centros de salud internacional o disponiendo de más conocimientos que favorezcan una mejor atención a los problemas de salud que la población migrante puede haber afrontado en sus países de origen, así como una mayor empatía hacia sus problemas y preocupaciones). Haberse formado también les servirá si se deciden a participar en algún proyecto de salud y nutrición en los países del sur.
Webs con información sobre posibilidades de colaboración:
https://www.msf.es/trabaja/terreno
https://intercom.lafede.cat/
https://www.coib.cat/ca-es/arees-interes/cooperacio/area-de-cooperacio-internacional.html
https://reliefweb.int/jobs
https://www.hacesfalta.org/
Núria Salse y Xavier Bartrolí, docentes colaboradores del Grado en Infermeria de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa y miembros de La Cooperativa Humanitària
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