La voz es una herramienta fundamental de comunicación que apoya los mensajes y la expresión de emociones y de la propia manera de ser y estar en el mundo. Por ello, la voz es un rasgo esencial de identidad que se va construyendo junto con la imagen personal. Por eso, cuando una persona inicia un proceso de reasignación de género realiza un viaje largo y complejo, con el acompañamiento de profesionales de diversas disciplinas, que facilitan los cambios deseados. Para cada persona supondrá una historia de vida diferente, con experiencias diversas (algunas de ellas negativas). A menudo, en el proceso de transición, las mujeres transgénero ven que los cambios corporales que se van produciendo hacen que su cuerpo esté alineado con el género sentido, pero sin embargo, la voz mantiene parámetros que socialmente se asocian al género masculino (no es representativa del género sentido). Esto puede generar una respuesta social de desaprobación que la persona vive con sentimientos de frustración, angustia e inseguridad y puede suponer un obstáculo para su vida cotidiana, las interacciones sociales y para el desarrollo profesional.
El papel de la logopedia en la feminización de la voz
Así pues, la feminización de la voz es un elemento esencial en la confirmación de género y el trabajo logopédico puede ser muy útil para ayudar a las mujeres trans a encontrar la voz con la que más se identifiquen.
Las demandas de apoyo para la feminización de la voz se pueden hacer durante el proceso de transición corporal o cuando este ya ha finalizado y se pueden abordar desde la terapia vocal logopédica como única intervención o con fono-cirugía asociada a logopedia, con un trabajo pre y post quirúrgico.
La intervención logopédica comienza con una valoración inicial a partir de la demanda planteada y se concreta en una terapia vocal personalizada, teniendo en cuenta los objetivos, las necesidades y las expectativas vocales de la persona, así como su visión sobre la feminidad y la forma propia de expresarla.
Hay que tener presente que una voz es percibida como femenina no solo por su tono, sino también por otros parámetros asociados al habla y la expresión. Por esta razón, la terapia vocal incluye también un trabajo específico sobre la resonancia, la entonación, la articulación, la prosodia, el lenguaje verbal y no verbal y la gestualidad.
Así, el entrenamiento vocal implica un proceso en el que se buscará la coherencia entre la manera de ser y expresarse de la persona, preservando la salud vocal y facilitando la aplicación de los cambios generados en la sesión, en el día a día.
Los logopedas tienen un papel muy relevante, ya que ofrecen un acompañamiento experto y comprensivo que aborda necesidades específicas. Su dedicación y experiencia son fundamentales para ayudar a las personas a encontrar la autenticidad y la seguridad en su expresión vocal, promoviendo así su bienestar integral y su capacidad de comunicarse con el mundo de manera genuina.
Ana Lou Moreno, docente del Grado en Logopedia de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa y la UOC
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