"La música es el arte de pensar con sonidos", dijo Jules Combarieu, musicólogo francés. Todos somos conscientes del poder de la música. La disfrutamos, la vivimos, la escuchamos... vivimos rodeados de melodías que ordenan, que organizan, que nos hacen sentir, que nos hacen comprender y vivir mejores experiencias vitales de todo tipo. La música crea experiencias, genera sentimientos e impacta, y puede ser una herramienta muy útil para ayudarnos a aprender inglés.
Hoy en día, en nuestras casas, muchas realidades hacen que el inglés sea difícil, tanto dentro del sistema educativo como fuera: la falta de contextos donde utilizar el idioma de manera natural y no forzada, el exceso de gramática en las aulas, el poco uso que le damos al idioma, la falta de experiencias de inmersión, el temor a no sonar "como un nativo", la falta de formación docente... Y, sin embargo, se nos empuja cada vez con más fuerza a introducir el inglés y cuanto antes mejor. Y quizás nos falta centrarnos en ciertas palabras clave: "¿Cómo?", "¿Cuándo?" y "¿Quién?" ¿Cómo podemos introducir el inglés a los niños? ¿Qué metodologías o enfoques pedagógicos pueden ser útiles? ¿Cuándo podemos o debemos comenzar? ¿Y quién puede introducir el inglés de manera natural, no forzada y, sobre todo, motivadora en la etapa infantil?
El quién, el cuándo y el cómo en el aprendizaje del inglés
Personalmente, creo que es la combinación de estas tres palabras clave (el cómo, el cuándo y el quién) lo que nos lleva a posibles soluciones. El cómo es importante, el cuándo depende del cómo y todo depende del quién. Si uno de estos pilares falla, no es imprescindible enseñar inglés en la etapa infantil. Dicho de otra manera, si lo hacemos, si nos comprometemos, hagámoslo bien y con un proyecto a largo plazo, donde siempre prevalezca el vínculo del niño con la persona de referencia y donde se naturalice la comunicación en otro idioma de manera implícita.
Especializada en el ámbito de CLIL Music (Aprendizaje Integrado de Contenido y Lenguaje a través de la Música), estoy más que convencida de la necesidad de utilizar la música como herramienta para aprender inglés. La interdisciplinariedad es la clave. CLIL es un enfoque pedagógico que se centra en objetivos tanto de lengua extranjera como de un área de conocimiento específica, en este caso, la música. Después de haber trabajado como maestra de música e inglés en primaria en Cataluña, de haber investigado en Adquisición de Lenguas Extranjeras y de haber completado un Doctorado en Pedagogía del Inglés, unir estos dos campos de conocimiento me pareció inspirador y, viendo la situación en nuestro país, extremadamente necesario.
Introducir el inglés con naturalidad a través de la música
En la etapa infantil, enseñar inglés debería ir de la mano de mucha naturalidad, de no forzar, de naturalizar el uso de la lengua materna cuando es necesario para restablecer la conexión emocional con el niño (que se irá desarrollando también a través del inglés progresivamente), de un proyecto a largo plazo y, sobre todo, de experiencias enriquecedoras, agradables y significativas para el niño. Y aquí es donde entran los infinitos beneficios de la música como aliados para acompañar esta introducción del niño al mundo de las lenguas extranjeras.
Las conexiones entre la música y los idiomas son infinitas. De hecho, según Lee (2009, p.30), "los aspectos que comparten la música y el desarrollo del lenguaje son tan numerosos que la enseñanza más efectiva siempre será la que combine ambos". Desde un punto de vista neurológico, los expertos enfatizan que la música enciende y potencia una gran cantidad de habilidades de aprendizaje. Hacer música en las aulas debería ser parte del día a día de los niños. Si nos centramos en idiomas y música, las conexiones son especialmente poderosas, ya que ambas se utilizan para comunicarnos, tienen una esencia rítmica y melódica, y se transmiten oralmente (Griffee, 1995). De hecho, Gardner ya destacaba la importancia de la música como una de las nueve Inteligencias Múltiples. Además, el proyecto "European Music Portfolio: A Creative Way into Languages" señalaba que hay mucho por hacer cuando potenciamos la enseñanza de idiomas a través de actividades musicales, yendo mucho más allá de la canción como único recurso musical (Viladot & Casals, 2010).
La música aporta beneficios lingüísticos, afectivos y físicos (García and Juan, 2015). A nivel lingüístico, enriquecemos el vocabulario, potenciamos las habilidades de escucha y habla, mejoramos la pronunciación, discriminamos sonidos... Todo esto sin dejar de lado los beneficios afectivos que conlleva cualquier actividad que motive a los niños, los haga partícipes o cree un ambiente positivo y agradable en el aula. Finalmente, la música también nos lleva a respirar mejor, controlar nuestra voz y mejorar aspectos psicomotrices.
Como mencioné anteriormente, una de las prácticas más comunes en las aulas de inglés hoy en día es el uso de canciones con letra, ya sea para cantarlas o escucharlas. Las canciones ayudan a trabajar el vocabulario, la gramática implícita, el habla, la pronunciación o la escucha, y nos proporcionan contextos perfectos para repetir estructuras y vocabulario sin aburrirnos y dentro de un contexto significativo. Incluso hay quienes afirman que las canciones contribuyen a automatizar procesos de desarrollo del lenguaje (Gatbonton and Segalowitz, 1988). Además, cuando cantamos, adquirimos habilidades musicales como la capacidad de afinar, habilidades rítmicas o la capacidad de distinguir las cualidades del sonido (fuerte y suave, agudo y grave, largo y corto...). Concretamente, la investigación afirma que aprender inglés a través de canciones (ya sea cantándolas o escuchándolas) facilita dos ámbitos bastante específicos. Por un lado, facilita la adquisición de nuevos fonemas y patrones de entonación. Por el otro, refuerza la memorización y la adquisición de nuevo vocabulario.
Cómo aprender inglés con música
En este artículo, sin embargo, hablaremos de las infinitas posibilidades musicales que van más allá de la canción como herramienta para aprender idiomas extranjeros (Torras-Vila, 2021). Y es que muchas veces, se reduce el "hacer música" al "cantar canciones" (¡o escucharlas en YouTube!). Aprender inglés con música puede y debería ir mucho más allá de eso. Mientras aprendemos inglés, también podemos escuchar música clásica o de cualquier otro estilo, podemos jugar con el ritmo, podemos bailar y coreografiar música, podemos leer música, podemos instrumentar un poema, podemos tocar instrumentos... Por lo tanto, podemos cantar canciones con letras, podemos escuchar canciones con letras, pero también podemos llevar a cabo muchas otras actividades con música que aportarán conocimientos y habilidades musicales y de bienestar a nuestros niños.
El binomio "inglés" y "música" también afecta positivamente al ambiente en el aula. La famosa "barrera afectiva" (los niveles de ansiedad en el aula relacionados con el hecho de expresarnos o comunicarnos en un idioma que no es el nuestro) se reduce o simplemente desaparece de la ecuación. La música conecta con nuestras emociones, reduce la ansiedad que genera el uso de un idioma extranjero y la preocupación que esto conlleva. Un ambiente relajado y la motivación que genera el simple hecho de hacer música también contribuyen a aprender de manera más efectiva un idioma extranjero. El simple hecho de hacer música en inglés y centrarse en "divertirse y hacer música" puede ayudar a los niños y futuros usuarios de este idioma a verlo como una herramienta motivadora para comunicarse y realizar actividades significativas, en lugar de verlo y vivirlo como una simple asignatura.
Para terminar, no quiero dejar de lado todo lo que la música construye a nivel social. La educación musical promueve la empatía, el autoconocimiento, el respeto hacia los demás y la autoestima. Esta puerta abierta que nos ofrece la música debe ser aprovechada desde todos los ámbitos del conocimiento. La música también es una puerta abierta a otras culturas y formas de vida, a una mentalidad más abierta. Si combinamos esto con la adquisición implícita del inglés, ganamos mucho. Cuando los niños cantan, bailan, escuchan música o tocan instrumentos juntos, se promueven también vínculos personales y se crea una sensación de comunidad.
El método MOVIC
El método "MOVIC" (Movement and Music in English) surge de todas estas premisas y de toda la investigación realizada sobre las conexiones entre estos dos campos. Adopta un enfoque CLIL Music, ya que los objetivos de la situación de enseñanza-aprendizaje son siempre duales: existen objetivos lingüísticos específicos y objetivos musicales específicos. Utilizar actividades musicales como base para planificar objetivos de lengua extranjera (por ejemplo, frases concretas contextualizadas, estructuras o vocabulario específico) refuerza la calidad de las interacciones que tienen lugar en un aula, son las interacciones de las que habla Escobar Urmeneta (2012) cuando describe contextos que ella define como "Content-Rich Language Learning" (Aprendizaje de Lenguas en Contextos Ricos).
MOVIC también surge de enfoques interesantes que, desde mi punto de vista, lo son aún más cuando los hacemos nuestros y los combinamos: Communicative Language Teaching (ponemos énfasis en la comunicación significativa); Task-based Language Learning (seguimos la estructura de pre-tarea, tarea principal y post-tarea de Willis 1996) o Total Physical Response (combinamos acción y lenguaje, promoviendo la internalización del input). Según las sesiones, también recurrimos a Game-based learning (¡el juego siempre es un gran aliado!) o "Storytelling" (las historias a menudo están muy ligadas a una audición musical o nos presentan personajes).
MOVIC está diseñado desde la convicción de que hay infinitas posibilidades musicales más allá de la canción en el aula de inglés como lengua extranjera. Teniendo en cuenta lo que dice la investigación y viendo las potencialidades que se esconden tras la combinación de la música y el inglés, compartimentar estos aprendizajes o el tiempo que les dedicamos parece tener poco sentido común. Con este programa, pretendo, por lo tanto, aportar mi granito de arena para ayudar al sector de la pedagogía del inglés a ver que utilizan "sólo una pequeña parte de todo el abanico de posibilidades que ofrece la música" (Viladot & Casals, 2010, p. 4).
Berta Torras Vila, docente de la Facultad Ciencias Sociales de Manresa y creadora del método MOVIC
Comentaris
Hola, sóc mestre d'anglès a…
Hola, sóc mestre d'anglès a Infantil i m'agradaria conèixer més sobre el mètode MOVIC.
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