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La metodología ABCDE como herramienta de valoración del paciente en emergencias

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Sanitaris valorant un pacient en un simulacre d'emergències
17/03/2025

En situación de emergencia, los profesionales sanitarios debemos actuar rápidamente para restablecer lo antes posible la salud de la persona afectada. La atención sanitaria ante una emergencia debería ser siempre la misma, utilizando el mismo patrón sin importar el lugar, la forma en que se produzca, la edad del paciente o la gravedad de las lesiones, con el único propósito de ofrecer una asistencia óptima.

La importancia de una valoración sistematizada

Se crea la necesidad de utilizar una valoración sistematizada que nos ayude a identificar la causa del problema y poder abordarlo de manera eficiente. En muchas ocasiones, inicialmente, no podemos hacer más que detectar las consecuencias derivadas de esta disfunción e intervenir en un momento dado, con el fin de aportar una solución vital a este problema de salud.

Todas y cada una de nuestras acciones condicionarán el pronóstico de nuestros pacientes, por lo que haremos lo que sea útil, necesario y que sepamos hacer para evitar que empeore, prevenir complicaciones y, posteriormente, facilitar la asistencia inmediata al personal experto en centros hospitalarios especializados.

Dicho esto, se descarta realizar esta evaluación en pacientes que se encuentren en parada cardiorrespiratoria, donde se utilizan técnicas para proporcionar oxígeno de manera provisional a los órganos vitales (compresiones torácicas y respiraciones), conocidas como reanimación cardiopulmonar (RCP).

En cualquier situación activaremos la cadena de la vida, centrando la valoración del paciente en el primer eslabón, reconociendo el estado de la persona y la posterior activación de los sistemas de emergencia.

El resultado de las lesiones podría llegar a ser irreversible si demoramos esta valoración o no la realizamos de manera exhaustiva.

La aproximación ABCDE en la atención de emergencias

A continuación, se muestra la dinámica de valoración siguiendo la aproximación ABCDE como protocolo de actuación para la valoración inicial completa, en la que se evaluarán y tratarán las condiciones que amenacen la vida de la persona antes de pasar al siguiente paso. Esta aproximación se puede utilizar según el nivel de competencia de cada profesional de la salud y permite reevaluar de forma regular, de tal manera que se pueda valorar el resultado del tratamiento aplicado. Es importante mantener una cohesión de equipo, comunicándose de manera efectiva.

Uno de los principales objetivos es mantener vivo al paciente, ganar tiempo para poder realizar otros tratamientos y recibir ayuda experta. Puede llegar a reconocer y tratar a los pacientes con riesgo de parada.

Al inicio de esta escala, nos aproximaríamos a la víctima de una manera segura: autoprotegiéndonos, señalizando y delimitando el área de incidencia, evitando aglomeraciones en torno a la víctima y previniendo otros incidentes para evitar riesgos añadidos.

Posteriormente, si el paciente está consciente, le preguntaremos cómo se encuentra. Si responde normalmente, verificaremos que la vía aérea está permeable, respira y tiene pulso. Se procederá a iniciar la valoración. Si está inconsciente, rápidamente pasaríamos a realizar la valoración sistemática de la misma manera.

De forma escalonada valoraremos:

A – Airway (vía aérea)

  • Descartar la obstrucción de la vía aérea.
  • Reconocimiento de la obstrucción de la vía aérea: signos como respiración dificultosa, ruidos anómalos, dificultad en el habla, voz ronca, estridor, tos persistente en caso de obstrucción parcial, utilización de musculatura accesoria, asincronía toracoabdominal y signos como respiración silente o ausencia de paso de aire por la boca en caso de obstrucción total.
  • Causas: depresión del sistema nervioso central (SNC), sangre, vómito, cuerpo extraño, inflamación de la lengua, úvula, epiglotis, laringoespasmo, broncoespasmo.
  • Tratamiento: apertura de la vía aérea con la maniobra frente-mentón o tracción mandibular en caso de origen traumático, aspiración de secreciones, cánula orofaríngea (tubo de Guedel), control cervical si es necesario en caso de origen traumático, posición lateral de seguridad si no está contraindicada.

B – Breathing (respiración)

  • Observar, sentir y escuchar.
  • Frecuencia respiratoria: la frecuencia normal es de entre 12 y 20 por minuto en el adulto. Se valora también si es regular.
  • Utilización de musculatura accesoria.
  • Coloración de la piel.
  • Expansión torácica: simetría o asimetría de los movimientos respiratorios.
  • Palpación, percusión y auscultación de ambos hemitórax.
  • Posición de la tráquea en la escotadura supraesternal.
  • Saturación de oxígeno.
  • Parada respiratoria.
  • Tratamiento: administración de oxígeno a altas concentraciones, ventilación con bolsa-reservorio y oxígeno suplementario, ventilación no invasiva (VNI), ventilación invasiva (tubo orotraqueal).

C – Circulation (circulación)

  • Tensión arterial: entre 110-140/60-80 mmHg en el adulto.
  • Frecuencia cardíaca: entre 60-80 por minuto en el adulto, valorando si es rítmica o no y si es débil o fuerte.
  • Relleno capilar: normal si es inferior a 2 segundos.
  • Presencia de pulso central y periférico.
  • Coloración de la piel y temperatura.
  • Ruidos cardíacos.
  • Signos de shock: disminución del nivel de consciencia, taquicardia, hipotensión arterial, sudoración fría, palidez de piel y mucosas, oliguria.
  • Sangrado externo.
  • Parada cardíaca.
  • Tratamiento: accesos venosos periféricos, analítica y pruebas cruzadas, suero fisiológico 500 ml en 5-10 minutos si hay hipotensión (se puede repetir la dosis). En caso de síndrome coronario agudo (SCA): ECG de 12 derivaciones y MONA (morfina, oxígeno, nitritos y aspirina).

D – Disability (discapacidad neurológica)

  • Consciencia: si responde a estímulos y obedece órdenes.
  • Pupilas: tamaño, reactividad y simetría.
  • Escala de Glasgow (GCS).
  • Dolor.
  • Glucemia: valor normal entre 80-120 mg/dl.
  • Exploración neurológica.
  • Convulsiones.
  • Antídotos.

E – Exposure (exposición-exploración)

  • Temperatura corporal.
  • Desnudar al paciente.
  • Exploración secundaria: cabeza, cuello, tronco, abdomen, pelvis y extremidades.
  • Regla mnemotécnica OPUMA: Ocurrir (¿qué ha pasado?), Patológicos (antecedentes), Última ingesta, Medicación habitual, Alergias.

Una vez valorada la víctima, podemos movilizarla si es necesario, dejándola en la posición más adecuada.

Como última premisa, fomentamos la prevención, dando a conocer todos los comportamientos y hábitos que podrían provocar situaciones fortuitas con resultado de daño para las personas, eliminando o minimizando los factores de riesgo y educando a la sociedad en el ámbito de la salud.

Sara Sevilla, docente del grado en Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa

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