El entorno empresarial contemporáneo ha experimentado una metamorfosis notable con el ascenso progresivo de la figura de la mujer emprendedora, quien, con una perspectiva singular, ha aportado nuevos matices a la manera de crear y dirigir negocios. De esta manera, la figura dinámica de esta nueva generación de empresarias exhibe diferencias palpables respecto a sus homólogos masculinos.
Resiliencia, empatía i responsabilidad social
Una característica distintiva que resalta en la mujer emprendedora es su resiliencia ante los obstáculos y adversidades. Estudios empíricos, como los realizados por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), han documentado que las mujeres emprendedoras poseen una capacidad superior para afrontar los retos y adaptarse eficazmente a situaciones adversas, consolidándose como líderes con mejores prestaciones bajo presión.
Las habilidades comunicativas y la empatía se evidencian como pilares fundamentales en el perfil de la mujer emprendedora. Dotadas de más capacidad que la media para establecer relaciones significativas con clientes, trabajadores y otros stakeholders empresariales, las mujeres empresarias sobresalen en la creación de redes y en el establecimiento de colaboraciones a largo plazo, contribuyendo así al valor relacional que es intrínseco a su éxito, según un reciente estudio de BNP Paribas Global Entrepreneur, que también indica que una proporción significativa de mujeres empresarias manifiesta su determinación de contribuir positivamente a la sociedad a través de sus empresas, integrando la responsabilidad social como componente intrínseco de su visión empresarial.
Contribución a entornos empresariales orientados al bienestar
A pesar de los avances hacia la igualdad de género, el acceso a la financiación sigue siendo un desafío persistente para las mujeres emprendedoras. Las estadísticas del Banco Mundial revelan disparidades en cuanto a la disponibilidad de financiación bancaria entre mujeres y hombres, impactando directamente en la capacidad de obtener financiación y recursos esenciales para el desarrollo de sus negocios.
Adicionalmente, el equilibrio entre trabajo y vida personal emerge como una prioridad clave para muchas mujeres emprendedoras. Con una conciencia destacada de la importancia de armonizar las demandas profesionales y personales, este grupo de empresarias forja entornos empresariales más flexibles y orientados al bienestar, influenciando de esta manera la cultura empresarial en general. Este punto tendrá un efecto a largo plazo que todo hace pensar que será más que positivo en el sentido de tener organizaciones más amables, flexibles y conscientes del entorno que las rodea.
En resumen, la mujer emprendedora emerge como una fuerza impulsora única dentro del marco empresarial actual, con características distintivas que se sitúan como agentes de cambio e innovación. Su resiliencia, habilidades comunicativas, compromiso con la sostenibilidad, lucha por el acceso a la financiación y prioridad en el equilibrio entre trabajo y vida personal constituyen elementos cruciales que delinean su contribución singular al tejido empresarial contemporáneo.
Marc Bernadich Màrquez, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de Manresa y director de los estudios de Empresa
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