El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es un impuesto indirecto que grava el consumo de bienes y servicios en España desde el 1 de enero de 1986, coincidiendo con la entrada del país en la Comunidad Económica Europea. Este impuesto repercute en el consumidor final y se aplica a la mayoría de transacciones comerciales.
Una nueva Directiva Europea, aprobada en febrero de 2020, busca armonizar la tributación del IVA en toda la Unión Europea (UE). Esta Directiva introduce el concepto de "franquicia del IVA", un régimen que exime a los autónomos y las pequeñas empresas con una facturación anual inferior a 85.000 euros de facturar con IVA y de presentar declaraciones periódicas. Este régimen ya está vigente en todos los países de la UE, excepto España y los Países Bajos. Los estados miembros deben implementar esta Directiva a partir del 1 de enero de 2025, por lo que España va justa de tiempo para su transposición. Cabe destacar que se trata de un régimen de aplicación voluntaria para todos aquellos que cumplan los requisitos.
¿Cómo funciona la franquicia del IVA?
En el régimen general del IVA, los empresarios deben añadir este impuesto a sus ventas y deducir el correspondiente de las compras en las liquidaciones periódicas. Por ejemplo, si una empresa vende un producto por 200 € + 42 € de IVA (un total de 242 €) y lo ha comprado previamente por 100 € + 21 € de IVA (un total de 121 €), deberá liquidar 21 € de IVA a Hacienda (42 € - 21 €). En este caso, el beneficio neto de la empresa sería de 100 € (242 € - 121 € - 21 €).
Con el régimen de franquicia, los ingresos de las ventas serían íntegramente para el negocio, sin tener que deducir el IVA de las compras. Siguiendo el ejemplo anterior, la empresa vendería el producto por 200 € y no tendría que gestionar el IVA. El beneficio neto sería de 79 € (200 € - 121 €).
Ventajas e inconvenientes de la franquicia del IVA
Ventajas:
- Simplificación administrativa: la franquicia libera a los autónomos y las pequeñas empresas de la complejidad de gestionar el IVA, permitiéndoles centrarse en su negocio.
- Mayor competitividad: al no tener que añadir el IVA a sus facturas, estas empresas pueden ofrecer precios más competitivos.
- Aumento de la liquidez: las empresas que se acogen a la franquicia retienen la totalidad del importe de sus ventas, sin tener que liquidar el IVA a Hacienda.
Inconvenientes:
- No deducibilidad del IVA: las empresas acogidas a la franquicia no pueden deducir el IVA de sus compras. Esto puede ser un inconveniente para empresas con un gran volumen de compras, especialmente si estas provienen de proveedores sujetos a IVA.
- No apto para todos los negocios: la franquicia puede no ser beneficiosa para empresas con un alto volumen de exportaciones, ya que no podrían recuperar el IVA de sus compras. Por ejemplo, una empresa que vende un producto al extranjero por 200 € (sin IVA) y lo ha comprado por 100 € + 21 € de IVA en España, obtendría un beneficio neto de 100 € en el régimen general (200 € - 100 € - 21 € + 21 € de devolución del IVA). En cambio, con la franquicia solo obtendría 79 € (200 € - 121 €).
- Límite de facturación: el límite de facturación de 85.000 € puede limitar el crecimiento de algunas empresas, ya que superarlo en un 10 % (93.500 €) supone la pérdida de la franquicia. Además, cada país puede adaptar este límite a la baja, como ya ocurre en países como Grecia (10.000 €) o Francia (con límites variables según la actividad).
En definitiva, la franquicia del IVA presenta ventajas importantes para autónomos y pequeñas empresas, pero es importante analizar cada caso individual para determinar su conveniencia. Se recomienda consultar con un asesor fiscal para tomar la mejor decisión para cada negocio, teniendo en cuenta el volumen de compras y ventas, el tipo de clientes y proveedores, y las perspectivas de crecimiento de la empresa.
Jordi Rojas Donada, experto en fiscalidad y docente del grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) de la Facultad de Ciencias Sociales de Manresa
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