La Estimulación Basal (Basale Stimulation®), utilizada en fisioterapia, es un concepto para el desarrollo de personas “gravemente discapacitadas” creado por A. Fröhlich en los años 70, en Alemania. Un modelo que fue creado para acercarnos a personas con limitaciones muy graves, niños con discapacidades físicas, retrasos en el desarrollo, niños con retrasos mentales importantes o con múltiples limitaciones sensoriales que hacían pensar, en sus inicios, que la comunicación con estas personas no era posible.
Es un modelo de comprensión y acción que ha ido evolucionando hasta el día de hoy. Nos puede ayudar a entender cómo establecer el contacto y cómo hacer el acompañamiento de personas que tienen graves afectaciones a nivel de comunicación, percepción y/o movimiento, teniendo en cuenta a la persona y su entorno social y material. Esto puede acercarnos tanto a niños, como a adultos o personas de edad avanzada. Siempre está orientada a necesidades básicas, primarias y sencillas de las personas afectadas que se encuentran en situaciones vitales diversas y complejas. Sin embargo, sus elementos los podemos utilizar en personas sin limitaciones graves, en estos casos no se hablará de Basale Stimulation®, sino de estimulación orientada a lo Basale. (Bienstein y Fröhlich, 2012:18)
Andreas Fröhlich define Basale Stimulation® como “una forma de potenciación de la comunicación, la interacción y el desarrollo orientada en todas sus áreas a las necesidades básicas del ser humano”. Hay muchos aspectos, tanto teóricos como prácticos, en la Basale que dan significado a los ofrecimientos que se dan a las personas para acompañarlas en su camino de vida. En Basale, cada persona es el actor de su desarrollo y eso, por más afectada que esté la persona, le empodera en un rol activo de liderar su vida. La comunicación es un aspecto clave, el diálogo que establecemos cuando nos relacionamos es de vital importancia. Y más si pensamos en personas que no nos pueden explicar qué les pasa con palabras. Basale nos enseña a comunicarnos a través de otros canales comunicativos que no son el lenguaje, como por ejemplo: el latido del corazón, la respiración, un aumento o disminución del tono muscular, una mirada,... pueden ser indicadores de expresiones y canales que podemos utilizar para crear algo en común, o lo que es lo mismo, para comunicarnos.
Un canal muy directo que utilizamos a diario sin ser conscientes de ello es el contacto. Sabemos que en nuestras intervenciones las manos y el tacto son imprescindibles para nuestros trabajos. Pero a menudo no nos damos cuenta de cuántas veces tocamos ni de cómo tocamos a la persona que acompañamos. Con nuestras manos transmitimos cómo estamos nosotros, el ritmo interno que llevamos y las emociones que sentimos. Si tocamos forzados o estresados o si tocamos con asco, no será lo mismo que si tocamos con tranquilidad o tocamos con amor. Toda la carga emocional está impregnada en la forma que tenemos de tocar. No podemos evitarlo.
Con el contacto puedo establecer un diálogo, ya que es un medio de intercambio entre la otra persona y nosotros y en Basale damos mucha importancia a la escucha constante durante este contacto. Cuando toco tengo que estar pendiente de observar cómo es la reacción del otro y adaptar mi contacto a esta respuesta y si hace falta, cambiar la forma de tocar integrando su respuesta. De esta forma establecemos un diálogo desde el contacto.
La estructura de una sesión de Basale Stimulation®
Muchas veces utilizamos el contacto para orientar a la persona que empieza algo, por ejemplo lo utilizamos para saludar y despedirnos. Desde la Basale debemos pensar cómo estructuramos una actividad, desde el inicio hasta el final, y cómo tenemos en cuenta el entorno y las necesidades de las personas para estructurar esta actividad. Al inicio podemos plantearnos cómo podemos decir “hola” a través del tacto. Imaginad que entramos en una habitación donde tenemos una persona en estado de coma. Es fácil pensar cómo le diremos “hola” verbalmente, pero también podemos hacerlo táctilmente. Mientras decimos “hola” le ponemos la mano plana en el hombro y hacemos una cierta presión. En Basale lo llamamos Toque inequívoco, una presión clara, plana, inequívoca y con los dedos cerrados, que dura el tiempo de decir “hola”. Esta manera de utilizar el contacto nos puede servir como ritual de inicio y final, y si lo repetimos cada vez que debemos hacer algo con esta persona quizá le ayudemos a entender cuándo empieza y termina una intervención.
Otro aspecto del contacto puede consistir en mantenerlo. Hay personas a las que mantener el contacto durante el tiempo que dura una intervención o el tiempo que estamos con ellas les ayuda a sentirse más seguras y tranquilas indirectamente, a poder estar más atentas y activas. A menudo ponemos el foco de atención en la intervención, no en cómo influye el contacto en esa intervención.
En Basale se da mucha importancia a la orientación que nos puede dar el contacto. Utilizamos el contacto profundo para hacer sentir el cuerpo. Puedo tocar a alguien para saludarle, para hacer un gesto de cariño, pero también me puede servir para ayudar a la persona a sentir su cuerpo, a sentirse a sí mismo y así sentir su “yo”. Podemos utilizar el modelado para dibujar el esquema corporal de la persona, le ayudamos a sentir la forma, el volumen y la longitud de su cuerpo. En Basale el cuerpo es el punto de partida de mi orientación y por tanto, orientando a la persona con su cuerpo le ayudaremos primero a sentirse para luego poder orientarse con el otro y finalmente poder orientarse con lo que le rodea. Por tanto, hay que ser conscientes de cómo tocamos el cuerpo, porque esto puede afectar a la orientación de la persona. Muchas veces utilizo el modelado antes de empezar las sesiones de fisioterapia para ayudar a la persona en esta orientación.
Hasta aquí hemos tocado aspectos de comunicación, afectividad y orientación. Podemos poner el foco en uno de estos aspectos a la hora de tocar, pero todos ellos están interrelacionados, tienen la misma importancia y se dan al mismo tiempo, aunque yo no preste atención. Por tanto, debemos aprender a escucharnos y a observar cómo tocamos, esto nos puede ayudar a acercarnos a los demás a través de otra mirada. De hecho, las interpretaciones de las cosas que ocurren, dependen siempre de las gafas con las que las miramos.
Marta Not Monegal, fisioterapeuta, formadora oficial de Basale Stimulation® y docente del Grado en Fisioterapia de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa
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