El aprendizaje de una lengua extranjera es una de las habilidades más complejas de adquirir en un contexto de aprendizaje formal. Llegar a dominar un segundo idioma es un reto generalizado y compartido por la gran mayoría de la población.
La asistencia a cursos contribuye muy positivamente a la adquisición de contenidos y habilidades para mejorar nuestra competencia, pero hay algunos factores que dependen exclusivamente de la actitud personal y que pueden realmente marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Como dijo Henry Ford: “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”. Entre estos factores, desde la Escuela de Idiomas de UManresa queremos destacar estos cuatro:
- Implicación y responsabilidad del propio aprendizaje: no dejemos todo el trabajo al docente. Como aprendiz, puedo adoptar un papel activo, buscando las estrategias que mejor me funcionan a nivel personal, analizando qué aprendo con facilidad y qué me cuesta más, reflexionando sobre cómo aprendo y proponiendo al profesor y a los compañeros de clase maneras diferentes de hacer las cosas.
- Autenticidad: un idioma es una expresión de la realidad que percibimos. Por eso, para aprender un idioma debo partir de la realidad e intentar expresarla. Intentad usar la lengua extranjera para describir o expresar (aunque sea solo mentalmente) todo lo que vais haciendo, viendo o pensando. No solo os daréis cuenta de las muchas cosas que sabéis decir, sino que también seréis más conscientes de vuestras carencias y de esta manera podréis intentar enmendarlas de manera mucho más proactiva.
- Comprensión en lugar de traducción. La traducción es una herramienta útil y a veces necesaria, pero utilizada en exceso puede frenar el desarrollo del aprendizaje. En lugar de intentar traducirlo todo, es importante mantener la atención en todo lo que rodea al lenguaje para poder captar su esencia sin necesidad de entender todas las palabras. Podemos hacerlo en clase, pero también cuando leemos un libro, miramos una película o escuchamos una canción en inglés. Es algo muy fácil de hacer, pero que a menudo pasamos por alto.
- Escuchar, escuchar y escuchar. Todos sabemos la importancia que tiene escuchar cuando aprendemos un idioma, pero a menudo escuchamos “mal” ya que nos concentramos solo en la comprensión de significado. Debemos escuchar también la gramática, la pronunciación, la intención, el contexto… Sin todos estos matices, el grado de dominio que podamos alcanzar será deficiente. Si no sabemos escuchar atentamente, nuestra capacidad se verá limitada inevitablemente.
Si queréis aprender un idioma, pensad no solo en qué queréis aprender sino también en cómo podéis hacerlo. Todos somos capaces de aprender a hablar en otra lengua; la clave está en el proceso.
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