El último diálogo del Ágora Educación 2022 defiende la vigencia de la pedagogía de los jesuitas
La Compañía de Jesús entró en el mundo de la educación con voluntad de hacer llegar a todo el mundo la transformación de las personas a partir de la experiencia de cambio que vivió Ignacio de Loyola durante su estancia en Manresa, hace ahora 500 años. La pedagogía ignaciana es humanista, interpela al conocimiento como una manera de incidir positivamente en la comunidad y pone la persona en el centro, teniendo en cuenta su contexto y convirtiéndola en protagonista del aprendizaje. Estas son las principales características de la pedagogía de los jesuitas que expusieron en UManresa el secretario internacional de Educación de la Compañía de Jesús y profesor invitado en la Loyola University de Chicago, José Alberto Mesa, y Pepe Menéndez, ex directivo de Jesuitas Educación, profesor en secundaria y asesor internacional de educación. Mesa y Menéndez cerraron el ciclo de diálogos del programa Ágora Educación 2022. Los dos defendieron que todas las características que tiene la pedagogía ignaciana hacen evidente que es una metodología vigente y destacaron su influencia en todo el mundo.
Una transformación espiritual
Ignacio de Loyola experimentó en Manresa una profunda transformación espiritual. Transmitirla y hacerla extensiva a todas las personas fue la motivación de los primeros jesuitas que decidieron dedicarse a la educación. Precisamente, su origen, los Ejercicios Espirituales del santo, es uno de los elementos que explican el potencial de su impacto. Según José A. Mesa, el hecho que no se trate de una teoría educativa, que no sea una receta, es la clave del éxito de la pedagogía ignaciana. "La espiritualidad ignaciana està en todos los lugares aunque no se vea", afirmó Mesa.
Para aprender es imprescindible estar bien con uno mismo, conocerse. Esta es una de las bases de la pedagogía ignaciana, que parte de la voluntad de ayudar a las personas a hacer este trabajo de autoconocimiento y de transformación para que sean ellas mismas y a partir de aquí puedan desarrollar un proyecto de vida. "Ayudar es uno de los principales elementos de la pedagogía ignaciana", afirmó Pepe Menéndez. Esta voluntad de ayudar es en beneficio individual, pero también en beneficio de la comunidad. La pedagogía ignaciana part del principio que el conocimiento tiene que servir para actuar. En tercer lugar, el modelo de educación impulsado por la Compañía de Jesús y que se extendió por todo el mundo es un modelo que personaliza, que pone la persona en el centro y que tiene en cuenta su contexto. "Si el alumno no es protagonista, no aprende", explicaron. Por ese motivo es tan importante el papel del educador, una figura que tiene que saber acompañar al estudiante, llegando a él a través del corazón.
Una pedagogía que invita
La diversidad cultural y religiosa es precisamente uno de los grandes desafíos con los que puede encontrarse la pedagogía ignaciana, porqué su origen está en la religión católica, explicaron los dos ponentes. A pesar de todo, el mensaje espiritual y de transformación tiene que llegar como una invitación y no como una imposición ni una obligación y tiene que partir del respeto y basarse en la dignidad de la persona porqué "una pedagogía que no se basa en la dignidad de la persona no es pedagogía". En este sentido, los ponentes defendieron una escuela que se adapte a los cambio y que evolucione en función de los debates que la sociedad experimenta en cada momento. La pedagogía ignaciana, dijo Mesa, tiene que servir "para enseñarnos a navegar por situaciones sociales y culturales, para ir creciendo como individuos y como sociedad, y siempre desde el acompañamiento de las personas, desde el respeto y la reflexión profunda".
Último Diálogo del ciclo
El diálogo sirvió para cerrar el ciclo de conversaciones del programa de actividades "Agora 2022, Mestros que (se) transforman", dirigido a fomentar la reflexión y el debate entre la comunidad educativa de la ciudad para activar cambios y mejoras en los centros educativos y en el conjunto de la sociedad. La organización del programa responde a un encargo del Ajuntament de Manresa en el marco del programa de actividades de Manresa 2022, que conmemora los 500 años de la estancia de Ignacio de Loyola en la capital del Bages.
El ciclo se inició el mes de enero del año pasado y ha incluido una docena de diálogos a los cuales han asistido un millar de personas. Además, todas las conversaciones se pueden recuperar íntegramente en el canal de Youtube de UManresa, donde ya suman cerca de 2.400 visualizaciones.